El FC Cartagena no pudo sumar ningún punto en el Estadio Gran Canaria pese a tener el empate muy cerca, en un partido que estuvo condicionado por la expulsión por doble amarilla de Pablo Vázquez.
La primera ocasión clara del partido fue para Las Palmas (min. 30) con un disparo potente de Cardona que Aarón Escandell despejó tras una gran intervención. La posesión de balón era mayoritariamente para el conjunto local pero sus acciones en ataque eran resueltas con acierto por parte de la defensa cartagenerista. Los de Luis Carrión intentaban salir en transiciones pero no conseguían inquietar la portería defendida por Álvaro Valles.
Antes del descanso llegaría la jugada clave del partido. Pablo Vázquez veía la segunda amarilla y el Cartagena se quedaba con un jugador menos para todo lo que restaba de partido, que era mucho. Tras la expulsión el conjunto albinegro supo aguantar bien el resultado y se llegó al descanso con el empate inicial (0-0) en el marcador.
La segunda parte arrancó con el dominio local lógico por la superioridad numérica de Las Palmas. La primera ocasión de este tramo para los amarillos llegaría mediante un disparo muy potente de Pejiño que pasó cerca del poste izquierdo de Aarón.
Pasado el minuto 60 de partido Luis Carrión empezó a mover el banquillo con la salida al terreno de juego de Jansson y Ortuño en lugar de Borja Valle y Sadiku. Los locales poco a poco empezaron a crear más peligro, pero éste era solventado con mucha seguridad por Aarón y por la defensa cartagenerista. También dio aire fresco al equipo Sangalli que sustituyó a De Blasis en el Efesé.
Los amarillos se chocaban contra un muro formado por diez guerreros que luchaban con garra por un punto que tenían en el bolsillo hasta que en el descuento llegaría un jarro de agua fría para los de Luis Carrión. Viera remachaba a la red una jugada por la izquierda y ponía por delante a Las Palmas justo antes del final del partido. El Efesé intentó reaccionar al tanto pese a jugar con diez pero no hubo opción de empatar y partido terminó con una derrota de la que hay que levantarse para dentro de siete días volver luchar por una victoria en casa ante el Granada.